Especialistas consideran necesario retomar los programas de educación vial
Rosibel Cristina González
Caracas. De acuerdo con reportes extraoficiales, al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses de Bello Monte, son ingresados – al menos-, tres cadáveres diarios producto de accidentes de tránsito principalmente conductores de motos o sus acompañantes. Los hechos son reseñados en prensa por los periodistas de sucesos.
“Los accidentes viales se han visibilizado aún más a través de los reportes de prensa y aunque no existen cifras oficiales para establecer comparaciones sobre la cantidad de siniestros diarios con años anteriores, son cada vez más los profesionales de la comunicación interesados en visibilizar a las víctimas”, argumentó la presidenta de la Asociación Venezolana de Ingeniería de Transporte y Vialidad, Ingeniera Celia Herrera.
La especialista indicó que el último anuario de cifras de accidentes de tránsito emitido por el ente rector, fue en 2015; “no tenemos estadísticas para determinar si tenemos más o menos accidentes de tránsito”.
A juicio de Herrera -experta en vialidad-, las noticias sobre accidentes de tránsito “deberían generar reacciones en las autoridades, pero nadie dice nada”.
Consideró que, al no hablar sobre la siniestralidad en las vías, difícilmente se puedan aplicar medidas para evitarlos “como Estado, tienes que ofrecer información: dónde ocurrió el accidente, el modo, la hora, y si hay una constante en esa vía, debes hacer algo para mejorarla”, dijo.
Fue en 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubicó a “como el primer país de América Latina con la mayor cantidad de muertes ocurridas por accidentes de tránsito, con un porcentaje de 33,7 por cada 100 mil habitantes”.
Para la época, el país estaba por encima de Paraguay, Ecuador y Brasil en cuanto a muertes por accidentes de tránsito.
El auge de las motos
Las motocicletas figuran como principal medio de transporte en Caracas desde hace quince años, pero en 2020 fue más notorio cuando el gobierno nacional acató las medidas de aislamiento por Covid, una pandemia que arropó al mundo entero.
Las restricciones de movilidad aumentaron, y las personas optaron por el uso del vehículo de dos ruedas para trasladarse de un lugar a otro con mayor rapidez.
“Hubo un auge impresionante durante y después de la pandemia, aunque la moto siempre fue empleada por los mensajeros, pero luego surgió el delivery, personas que encargaban un mercado de carnes, hortalizas, por miedo a salir a las calles. Los profesionales dejaron sus empleos a un lado y optaron por esta modalidad porque les generaban un ingreso inmediato, constante. Otros no dejaron sus carreras, y en horas libres mataban tigritos con la entrega de alguna encomienda o traslado de personas que luego se convirtieron en clientes regulares”, afirma el director de la ONG Ángeles de Vía, Jonathan Quantip.
La realidad es que hay más motos que vehículos particulares, y esto genera la impresión de que cada vez más ocurren accidentes en la vía, y a juicio de testigos, la culpa recae directamente en los motorizados.
“Un secreto a voces”
Aunado al incremento de motos en las principales arterias viales, y avenidas de la capital, Quantip considera que impera “una anarquía considerable”.
El también reportero del tránsito, aseguró que una de las causas es “la falta de control y fiscalización en las vías”.
Quantip recordó que, en cualquier país del mundo debes cumplir varios pasos y hasta pruebas, para obtener la licencia de conducir. Pero, ¿qué pasa en Venezuela?, ante ello, el reportero apuntó “esto no se está dando, es un secreto a voces, aquí cualquiera saca una licencia, ¿y de quién es la culpa?, ¿quién le pone el cascabel al gato?
Y continuó “es por ello que existe una anarquía total. Los motorizados hacen mucho ruido, porque son más, pero los vehículos de carga representan también un riesgo cuando toman el canal rápido, se detienen en la autopista y retroceden cuando se pasan la salida; los autobuses dejan a los pasajeros en medio de la calle, no son solo los motorizados, esto es una anarquía total, es un problema país”, concluyó Quantip.
Reiteró también que es necesaria la fiscalización en vías consideradas “muy peligrosas” sobre todo para las motos de baja cilindrada.
Entre ellas; la bajada de Tazón; la autopista Caracas – La Guaira; Francisco Fajardo; la regional del centro y la carretera Panamericana.
A la par de Quantip, Herrera considera que no toda la culpa es del motorizado. La Ingeniera en vialidad explicó que el parque automotor en Venezuela es de vieja data. “Cuando un vehículo particular supera los diez años, sabemos que trae consigo fallas en todo su sistema, y esto a su vez exige mayor inversión, presupuesto que el venezolano no tiene, por ello no podemos garantizar que ese vehículo funcione a la perfección o de manera óptima, por lo cual, también son responsables en los accidentes”.
Finalmente, los especialistas consultados acordaron en que es necesario retomar la conciencia vial, tanto en el peatón, como en los conductores de motos y particulares. “Es un problema que involucra a todos, y una necesidad en la sociedad”.